Tomar decisiones es tarea habitual en la vida, y hasta cierto punto, fácil; forma parte de las rutinas de cada día: Voy a tomar ese camino a ver si encuentro menos atasco... ¡No vuelvo más a tomar café aquí!¡Valiente camarero más antipático!... Por favor, ¿me pone media docena de claveles rojos...? Pero,¡ay!,la cuestión se complica cuando pasamos a mayores. Pasen y escuchen las dudas que padeció este pobre setero cuando llegó el momento más inesperado e importante de su vida. Antonio González García metió las prisas en este cuento adaptado de Quim Monzó.
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