Historias
Mínimas.
Las
oréades, el remanso del río y el duelo por la muerte de Narciso dan
forma a este sutil velo de Oscar Wilde (1.854-1.900),
El discípulo,
perteneciente a Poemas
en prosa.
Ficha
de audio:
Texto:
Oscar
Wilde.
Narrador:
José Manuel Armario (Argon).
Ninfa:
Maite Benítez.
Remanso:
Javier Merchante.
Música:
David Ospina.
El discípulo.
(Poemas
en prosa.Oscar Wilde)
Narrador:
Cuando murió Narciso, el remanso de su placer se trocó de una copa
de aguas dulces en una copa de lágrimas saladas, y llegaron llorando
a través de los bosques las ninfas de las montañas, las oréades,
para consolar al remanso con su canto.
Y cuando vieron que
el remanso se había trocado de una copa de aguas dulces en una copa
de lágrimas saladas, soltaron las verdes trenzas de sus cabellos y
gritando al remanso le dijeron:
Ninfa: No
nos sorprende que hagas un duelo tal por Narciso, tan hermoso como
era.
Remanso:
¿Era hermoso Narciso?
Ninfa:
¿Quién había de saberlo mejor que tú? A nosotras siempre nos
desdeñaba, pero a ti te cortejaba, y solía recostarse en tus
orillas e inclinarse a mirarte, y en el espejo de tus aguas reflejaba
gustoso su belleza.
Narrador: Y
el remanso respondió:
Remanso:
Pero yo amaba a Narciso porque, cuando recostado en mis orillas se
inclinaba a mirarme, en el espejo de sus ojos veía mi propia belleza
reflejada.
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